27.6.06

DANCIN' DAYS

Éramos tres amigas que nos llamábamos por los personajes de esa novela: Renata, Muriel y Marisel. Íbamos juntas a la facu, nos habíamos conocido allí. Todas distintas, sobre todo una de ellas que entonces era hasta famosa: modelo y miss de algo. Y este es un episodio de esa historia. Corría enero de 1986 y nos disponíamos a rockear en el mítico festival de La Falda. Nosotras partimos a dedo junto a una ahora conocida movilera de una radio cordobesa. Comimos sandía en el camino y llegamos al paraíso del rock. La modelo era la encargada de llevar la carpa. Ella y su novio, de la cuál estábamos todas enamoradas porque al chico se le había ocurrido parecerse a Sting. De más está decir que en semejante lugar no la encontramos nunca. La Marisel no aparecía y las otras dancin days dormíamos en la terminal (mamá te juro que no nos paso nada!) Y también les puedo asegurar que dormir era lo que menos pretendíamos. De una, en La Falda, no se pagaba entrada, parte de la aventura era entrar esquivando la autoridad y eso era muy fácil. También el backstage estaba al alcance de todos, no había catering ni camarines ni nada parecido. La cuestión era pasarse la puerta vaivén desvencijada que había al costado del escenario y darle la mano al Flaco Spinetta, conversar con Gieco o tomarse una ginebra con Luca. Durante la segunda noche, le dejamos a la prófuga un mensaje en el baño y allí nos esperó. Y por fin dormimos una noche bajo el techo de la carpa en el camping donde la delirada había encontrado lugar: Valle Hermoso. Entre la maraña de recuerdos se agolpa Patricia Sosa con La Torre seduciendo a cientos de heavies, Litto Nebbia encantando serpientes, Miguel Mateos, Sumo y Soda Stéreo: una ensalada de frutas deliciosa para que tomes, tengas y guardes.

8 comentarios:

Mr Montoto dijo...

Esos festivales (que junto al chateau rock) viví por radio -a mi no me dejaban ir- los considero [no tengo una excusa justa] más honestos que los Conquines Rock.
A aquellos me los perdí por una mínima diferencia de edad, a los actuales me los pierdo porque ya estoy viejo y por falta de interés.
Me toco ser de una generación que quedó en el medio, sin ROCK NACIONAL (que era un orgullo) y sin ROCK CARETA (que es una fiesta de hinchadas más que de música). Los 90's fueron un asco.

Rossana Vanadía dijo...

Yaya, esas diferencias dan para otro post. Tengo una foto abrazada a Prodan en un chateau rock porque era cronista de una revista under. Y sí, todo era tan artesanal y bastante asistémico. En que radio lo escuchabas?

Adrian Pegaso dijo...

Que bueno esos recuerdos Ross!
Que bueno que puedas haber pasado esas cosas en la juventud...

Yo era un pequeño por el 86 (apenas 12 añitos)

Te dejo un fuerte bexos a vos y a tus niños

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Unknown dijo...

Uy, me hiciste a cordar a BArock. En La Falda, no estuve nunca. BArock fue una pretendida reedición de un BArock anterior, pero fue medio pobretón.
Si el himno, la canción emblemática, fue de Orions. Así que imaginate que no fue un graaaaaaaaaaaan festival.

Toda la noche hasta que salga el sol, tocando en una banda de rock & roll, sin parar
(pucha que era pegadiza)

Gaby dijo...

A mi no me dejaban ir , Ross!! Todavía sigo peleándola a mi vieja por eso! Nunca fui muy rockera, pero el rock nacional de esas
épocas me encantaba y aún me gusta.
Y bueh, la justificaré a esa madre mía el día en que mi hija venga con 14 años a pedirme permiso para ir a...otro festival en Cosquín o en dondequiera que se haga! (Por suerte, me faltan 7 años para eso, y la enana pinta para rebelde!)

Anónimo dijo...

de la terminal de la falda tengo varios recuerdos... yo llegaba ahí los lunes a la madrugada, con el spinetta fresco, pero yo totalmente knock out (porque laburaba, laburaba de empleada pública y entraba a las 7 de la mañana!!)con los bártulos, toda mugrienta, con las ollas negras colgando de la mochila de lona verde, y tomaba el bondi a córdoba, y de ahí directo al laburo, de esa guisa, y las ollas talan-talan y las colchas mal dobladas y llenas de barro!!
En una de esas idas y venidas, recuerdo un chico que hizo el trayecto (80 kilómetros, no?) no sé cuántas veces, porque nadie lo despertaba y así se pasó toda la noche en el bondi de cortinas inmundas, desnucado, y no llegó a ningún lado. A mí me quedaban cinco días de penar con la rutina y de nuevo a La Falda, con las ollas talan-talan.

Julia dijo...

todas las epocas tienen su encanto...
es muy bueno el rock.

Anónimo dijo...

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