26.2.09

RESULTA QUE AHORA

No ahora no, siempre. Te encajaron un título y ahí quedaste, convertido en un hombre sandwich con tu título brillante, que dice: soy intelectual, me gusta el rock, odio los plantas, soy ecologista, como carne hasta morir, me gusta el olor a nafta, mato por un merengue, etcétera. La mayoría de las veces nosotros mismos nos hemos encargado de pintar la pancarta pero otras fue obra de la casualidad o el destino. Resulta que ahora, si alguien se encuentra algo no humano en la calle pero que respira, me pregunta a mí a quién se lo puede dar. "Mirá me encontré un gatito, no sé que hacer" o "la Titi se compró un perro y no lo soporta, no sabés donde podemos ubicarlo?" Esto me hizo pensar, no estaría mal, no sería una mala idea tener como oficio: colocadora de cosas. Una cómoda que se pueda patinar para uno, una gallina que pone huevos para el vecino que tiene fondo. Una bici que alguien dejó de usar o una lámpara vintage. No tengo lugar físico pero si podría ser virtual. "La colocadora virtual", que tal?

22.2.09

¿DÓNDE SE FUERON LAS PALABRAS?

En menos de un mes dos anginas. Y las palabras que no salen y los oídos que se tapan. Un diagnóstico médico que dice mucho de las situaciones.
Situaciones que reflejan mucho del estado. Mucho que decir y algo, sólo algo para escuchar.
Mientras yo me quejo, en el mundo mueren cientos de niños de hambre y qué dolor.
Tu dolor te ahueca cada día más y es la sumatoria del tuyo más los niños que mueren, más tu garganta y la falta de atención hacia la desatención en el mundo, espacio en el que vos sí estás cubierta, por ahora-
Tus palabras suenan egoístas porque mientras te preocupas porque seas oída cientos son ignorados. Tu vida no cabe hoy en una parcela porque estás viva, cabe en tu pensamiento. Pero, sí, pero. Nada. Las frases y los atributos se hacen y se te hechan encima. Pero. ¿Y si enmudezco? ¿Y si la próxima angina me deja sin voz? Y si también te morís como los millones de niños ignorados y no de hambre sino calentita y con cierto confort. Que injusto, ¿te moriste, te dejaste morir, idiota? Los agujeros pueden dejarte ver, si? pero también pueden chuparte hacia el fondo.
Sin voz, luego ¿sin vista?

20.2.09

PREGUNTAS

Si tenés hijos, si pensás en tenerlos o simplemente por vos... A ver... ¿Te parece justa la clasificación por notas en el colegio (del 1 al 10 o variantes) en nivel inicial y primario? ¿Te parece justo que se elija "el mejor" del grado, sea cuál sea el criterio? ¿Que opinás de los actos escolares multitudinarios y eternamente prolongados? ¿Te gustaría que tu hijo tuviera más libertades en el cole, por ejemplo elegir una actividad semanal de su gusto, no usar uniforme, etcétera? ¿Le comprás estrictamente lo que piden respetando las marcas (más allá de los libros, se entiende)? ¿Si tu hijo tiene una inquietud extra, por ejemplo porqué llueve o porqué no hay más dinosaurios, le responden? ¿Incentivan actividades creativas, es decir, no dirigidas, donde el niño ponga solamente lo suyo? ¿Estás conforme con lo que está recibiendo en el cole? ¿Te quejás a menudo o te quedás mutis?
¿Pensás que el sistema educativo es obsoleto? ¿Si les hablan de derechos humanos y derechos de los niños, se los respetan? ¿Cuáles son tus deseos cuando el niño vuelve del cole? ¿Los mandás o te mandaron a muchas actividades extras?
Explayate, contame lo que quieras.

17.2.09

CONTRARIEDADES COTIDIANAS 11: LOS ANÁLISIS

Resulta que a través de una serie de análisis se puede medir el nivel de estrés, la adrenalina y todas esas sustancias que circulan por nuestro organismo y nos vuelven locos de a ratos. Además, las mujeres tenemos el dichoso examen anual que a veces es semestral. De pronto, un mes en tu vida se convierte en una corrida de autorización de órdenes, contra órdenes, desembolsos, turnos y salas de espera.
  • Autorizá esto, esto y esto, te los hacés y nos vemos en un mes, más o menos. Hasta ahí todo bien.
  • Pero luego de pasar por las autorizaciones donde la empleada trató de descifrar que era esto y aquello y descartó unas cuantas que la obra social "no cubre", pedís el turno.
  • Ahora se puede pedir por internet. Ay, que bueno. Pero el código no entra. La que te recontra. Se puede llamar por teléfono también. Ay, que genial. Me quedo siempre en espera con Mozart en el peor de sus días.
  • Arreglamos los turnos, todos para el mismo día. ¡Que fortuna! Eso sí, algunos son simultáneos (o sea, mientras en un pecho me hago la eco en el otro me podré hacer la mamo?) y otros difieren en un par de horas. Llevo un libro y listo. O me voy al bar. Pero tengo que estar en ayunas. Mejor no.
  • Doce horas en ayunas que se convierten en 14. Allí, en la sala de espera, todos tenemos cara de llevar una muestra de orina en el bolso y el temor de que se derrame la muy cochina. ¿Se le pasaron dos horas? me dicen luego de larga espera, qué lástima! Los valores no serán exactos. Agradezca que no se me derramó el frasco en su escritorio.
  • Hambre. Y para el hambre no hay pan duro y tampoco quedan medialunas. La mejor parte del ayuno me desilusionó más que nada. Premio consuelo: alfajor de maizena.
  • Segunda etapa. Recolección de 24 horas y una lista de alimentos y bebidas prohibidas los tres días previos. Nunca en mi vida me di cuenta lo indispensables que pueden ser los tomates, las nueces, el ananá, el café, el alcohol o las ciruelas. Cada cosa que me estaba por llevar a la boca los contenía directa o indirectamente.
  • Y mate ¿se puede? Vuelvo para preguntar, ¿se puede? Si el papel no lo prohíbe sí puede, señora. Esta noche voy a soñar con ud, señora. Y yo con usted también, dentro de una película de John Carpenter, mire señorita.
  • Si el pequeño frasquito es denigrante, no te imaginás lo que puede ser un frascote. Bueno, para eso uno colecciona bolsas elegantes, después de todo. Firma contra entrega. Pago, posterior reintegro del nosécuanto por ciento. Otra vez extracción de sangre y tome esto ahora y vuelva en dos horas. Esto es asqueroso y en ayunas, inmundo. Si la empleada que me iba a soñar me vio tomándolo, la pesadilla será peor, ojalá me esté viendo así que pongo cara de la novia de Chuky, aunque sea para que me vea por las camaritas.
  • No sé que hacer en esas dos horas, saco carpeta, libro y estudio (una hora) me incomoda escribir así. Juego en el celu, pierdo porque me distraigo, mando mensajes, nadie me contesta. Miro si encuentro alguien conocido pero se ve que nadie tiene ganas de analizarse la sangre el mismo día que yo.
  • Saco el MP3 escucho un poco de Chambao y se me termina la pila.
  • A las dos horas exactas le estoy extendiendo el brazo al técnico en laboratorio.
  • Me voy feliz, a desayunar pero esta vez, a las medialunas se le suma otra exigencia: el aire acondicionado.
  • Antes, pregunto el día de entrega de los resultados, me dicen dentro de 10 o 15 días, o sea a mediados de marzo. Ajá. O sea a fin de mes, si no me fallan los cálculos, digo. Llame a mediados de marzo, los fines de semana no cuentan. O sea que no es dentro de 10 o 15 días, sino en un mes, discuto con mi sombra.
  • El que se quema con leche ve una vaca y llora. En estos momentos, si veo un guardapolvo, una jeringa, un frasquito o lo que sea, lloro, pataleo y me emberrincho.
  • Entonces me internan y me hacen un toco de análisis de nuevo.

16.2.09

ARTAUD

Hoy compramos este libro (A todo volumen) que es más o menos la historia de las tapas de discos de rock nacional. Cómo fueron realizadas, los artistas que participaron y esas cosas internas que nos encanta saber. Cuesta conseguirlo en Córdoba (está en Amerindia) pero bien vale la pena. Ahora, una intriga, el álbum Artaud de Pescado Rabioso (Spinetta) estaba diseñado de forma tal que su tapa era irregular, no era lisa y plana como los demas elepés. Yo no conozco a nadie que tenga el original pero todos los describen como si alguna vez lo hubiesen visto, ¿es un mito? ¿alguien lo tiene y me lo dice? ¿alguien me manda una foto con el disco con esa carátula en sus manos? ¿algún conocido de otro conocido? ¿Pettinato? ¿el mismo Spinetta? ¿su hijo Dante? A ver... vamos...

14.2.09

UNA DE AMOR

Sí, una historia de amor con final feliz o una de desamor para llorar sería lo más adecuado para hoy.
Mejor les cuento lo que me sale que seguramente no la comprará Suar para su novela ni la interpretará Celeste Cid.
Esta historia necesita un cuerpo bien tano, caderas anchas, ojos oscuros, pechos generosos. Como en los 50, sin ahorro de carne pero con buena cintura.
El amor rondaba una esquina de Alta Córdoba. Desde pequeños, él llevaba su yegua a beber de la canilla pública. La yegua arrastraba un carro de sodero todos los días y él arrastraba el animal para echarle una mirada a ella, a la tana morocha de raíces criollas también.
La adolescencia los encontró dando vueltas a la plaza Rivadavia a lo zonzo, nomás. Eso diríamos hoy entre tanto flogger y emo dando vueltas en la misma plaza, a lo zonzo también.
Vestidos estampados ajustados en la cintura, tacones anchos y apenas altos, maquillaje suave y obvio, la croquiñón, rulos o permanente. Primas (nunca sola, nena, sola no) risas y chismes.
Y él, faso en mano, "cantor de calesita", tangos y milongas a rabiar: Gira, gira... la calesita... Como para caerse muerta allí mismo de la emoción y la calentura. Imposible no reparar en esos ojos casi verdes, en ese pasado moro siciliano, en ese porte, en el pibe que llevaba, cuando era pequeño, la yegua a empacharse de agua a la esquina.
Pasadita va, pasadita viene, llegaron las primeras visitas. Hermanos siempre en el medio impedían arranques pasionales. Autocontrol, yo puedo, yo puedo ommmmmmm.
Había que tener la casita, el trabajo, luego la familia. El amor ya estaba. El amor y la banda de sonido con un valsecito criollo tocado en el piano por las primas.
Hubo compromiso, hubo casamiento y vinieron los hijos. Dos varoncitos y listo. Estamos bien así. Como Dios manda.
Pero en la atmósfera había alguien que no había bajado y causado el desbarajuste cuando los tórtolos pasaron los 40. Ese alguien era yo. ¿Quién iba a contar algo de su historia de amor sino? Mimada, amada y malcriada. Escribiente, apasionada y complicada. Los genes hicieron lo suyo en la descendencia femenina. Pero me creo esta historia de amor. Siempre se las creí, aún cuando ya viejos, tomaban mates bajo la parra y se cagaban de risa. Cuando mi vieja le hacía de acompañante en el taxi o él la miraba y le brillaban los ojos al entregarle el paquete de mazas de la Dalmacia los domingos. O cuando vinieron los nietos y nuestra esquina se llenó de orgullo como pasa en todas las esquinas donde habitan los "nonos" de este barrio.
La Ñata y el Pibe tienen su angelito culón en el extremo del portarretratos apuntándole al amor que se tuvieron. Y me tienen aquí, escribiéndoles hoy, luego de una noche mientras velaba el sueño agitado de mi pequeña.
Nos tienen a nosotros para recordarlos también, sus hijos, los nietos que conocieron y el espejo. Porque el reflejo no miente, los tres heredamos algo de esa mixtura tan criolla como tana y andamos por allí, repartiéndola.

11.2.09

SOY SU FAN


No viene a Córdoba. Nos vamos de caravana con otros fans, bah, mi marido va pero no es tannnn fan. Pero programamos el viaje como chicos, estamos preparando los discos, el menú y los detalles. Peter Gabriel me ha ofrecido los momentos musicales más hermosos de mi vida. Emocionantes, queridos, con significado. No podía no estar.

9.2.09

AGUAVIVA



Hay que bracear, hay que patalear... Ahora, además de cumplirlo y descubrir o redescubrir que, realmente, nadar es una de las cosas que más me gusta. Cada vez que voy a clase recuerdo esta canción y a Los Brujos, banda alternativa y emblemática de los 90. Fui a muchos recitales de ellos. Pero hay uno que roza lo absurdo y sorpresivo.
Partíamos con mi querida amiga de conciertos a un lugar excelente para hacerlos: la Estación Mitre. Allí los trenes ya no circulaban más y su vieja confitería se utilizaba para recitales o, en todo caso, se hacían en el andén. Este fue allí. Los Brujos entraban a escena con un estrambótico disfraz de esqueleto, sus movimientos eran convulsivos, extraños. Sus peinados que desconocían de estilistas, eran hermosos. En un instante el disfraz primero iba a parar quién sabe dónde y el público se convertía en una marea desesperada.

Allí estábamos antes del comienzo con mi amiga y se nos acercaron dos jóvenes en busca de amistad. Uno era extranjero, where are u from? do you like rock and roll? have you ever been here? etc. Los tipos chochos con la experiencia. En un momento mi amiga me mira y con muecas exageradas pero sin emitir palabra me "dice" algo. No le entiendo. Soy pésima para descifrar mensajes mudos. Se acerca y me lo dice al oído: el de barba (no el foráneo) tiene un moco pegado en el bigote. Ay, para que me lo dijo. No sabíamos si adevertirle o no, pero todo el tiempo éramos nosotras las que nos pasábamos la mano bajo nuestra nariz y nada... El tipo hablaba y no podíamos dejar de mirarlo ahí. Empezó el concierto, y con suerte en el revuelo y los saltos y la emoción perderíamos los pretendientes. Pero mi acompañante, al instante, salta como imán para el fondo: el yanqui le había tocado el culo. Fuck off. Los Brujos hacían mosh en ese momento.

6.2.09

HOY

Las escenas se suceden como en una película. La edición está dada casi perfectamente por un llamado telefónico, una puerta que se abre, un libro que se cierra.
Soy la primera en levantarme, ventilar la cocina y preparar mi desayuno. Leo noticias, mails, saludo a los perros y superviso las plantas. No importa la hora, sé que es mi momento a solas y lo aprovecho en cosas que tal vez sean mucho o nada.
Comienzo a preparar los otros desayunos. Leche con chocolate para él y mate cocido y tostadas con manteca para ella. La tostadora nueva le da ese toque matinal con su olorcito a pan caliente. Preparamos los bolsos para ir a la pileta. Van contentos, es un buen momento y no se oponen a las horas en el club.
Papá aprovecha los últimos días antes del agite: libros, música y revistas para leer. Hace las compras y mantenimiento solicitado. Yo me voy a nadar, respiro y disfruto. Regreso y los perros me han esperado hora y media detrás de la puerta.
Preparo el almuerzo porque sé del hambre de las fieras. Vuelven, golpean la puerta y les encanta el chiste de apoyarse y cuando abro, caer y rodar.
Son esos días en que saben que necesito mi hora de descanso antes de ir a trabajar. Y mientras no estoy caerán rendidos, jugarán, picotearán frutas, galletas y cereales y esperarán mi regreso.
La cena es bajo la luna, el banco de plaza del patio le da un toque especial porque luego nos quedamos a escuchar historias del día o leer partes de "Que porquería es el glóbulo" de Firpo o alguna historieta de Mafalda.
En estos tiempos con menos prisa el paso hacia el sueño es natural. Saludos, proyectos para el otro día, charlas y luego silencio.
Fundido en negro. El fin por hoy. Un día como cualquiera en que no hubo sobresaltos, uno de los tantos que muchas veces vuelven y me están haciendo tan bien. Todo esto está iluminando la oscuridad. Pero es necesario. Absolutamente.

4.2.09

SOBRE LA MESA, EL MANTEL


Que ricos sabores descansan en tus papilas? Los dulces caseros, las maicenitas con dulce de leche repostero, el membrillo de la pasta frola.
¿Te gusta la frescura de la lechuga recién lavada, el tomate colorado y brillante, las cebollas dulzonas y la lluvia de queso parmesano sobre la achicoria recién cortada?
Una mesa tendida sobre el mantel limpio aunque esté desteñido, porqué no? Que huela a mantel de casa. Vasos transparentes, agua fresca que los empaña puede ser.
Los colores de las zanahorias y los choclos hervidos que transpiran vapor.
Qué bueno cocinar para mimar. El arroz amarillo que sabés que te sale bien. Los tacos de tu amiga Ro con una cerveza helada. El asado, las cebollas al rescoldo, los pimientos a la parrilla. Las picadas bajo el quincho con salame de la colonia en lo de mi hermano.
En cada casa su olor, su especialidad, su mantel.
El puchero de mi mamá era un clásico y las empanadas criollas también.
Mi tía, cuando nos invita, aparta en una mesa al costado todo lo que pueda necesitar a mano. Sus milanesas son lo más. Y los biscochuelos bien aireados de mi suegra, irresistibles para un té suave.
Me encanta esperar a los niños con la mesa puesta, y el menú listo y ellos agradecen comiendo a gusto y demostrando unos modales proporcionales a la alegría de ser recibidos así.
Esto es delicioso, . El pan está calentito... mmm... ¿Puedo servirme más?
Es un ejercicio cotidiano que muchas veces me da felicidad. Sobre todo cuando le puedo dedicar tiempo. Como en estos días, por ejemplo.
¿El postre? A veces ensalada de frutas cortada en grandes trozos y algunas con cáscara y lo más: que cada uno prepare su copa con cereales, crema, frutas y salsas. Diseño, sabor y color. Magia.

1.2.09

VAMOS X MÁS

A ver ... a propósito de vacaciones, sentimientos, lectura y razonamiento.
Me pregunté si empezaría un año laboral - educacional con mamá y niños flameando de acá para allá. Nunca hemos flameado mucho pero hay momentos en que sí.
Recuerdo y quedó así "printed in my brain": íbamos caminando a la salita de tres con mi hijo, le digo: querés un helado? Afirmativo. Paramos en la heladería, compramos y le digo que sigamos. El me mira desde abajo y me dice si no nos sentaríamos a comerlo, que era más rico así. Vamos a llegar tarde, digo. Pero accedí, nos sentamos charlamos, desgustamos y llegamos a tiempo igual.
A veces la actitud de "apuro" le gana a la pausa y el resultado es el mismo. Eso es.
Hoy se terminaron las vacaciones para mí y el vértigo o esa sensación me da vértigo.
Es todo un desarrollo y va por más.
Juguemos, paremos, miremos y también, porqué no, nos aburramos y veamos qué sale. (Canta Rubén Rada y Leonardo Croatto es el autor)