28.6.09

VOTÁ QUE ME GUSTA

Cuando era chica antes del nefasto quiebre democrático iba con mi mamá a votar. Da la casualidad, o la cercanía de la primera letra de los apellidos R ella, V yo, que voto en el mismo cole.
Cuando la acompañaba, podía pispear en esa enorme escuela de monjas de Alta Córdoba una vitrina de aves embalsamadas. ¡Mamita querida! que feos los ojitos del águila muertita para siempre vidriosos y amenazantes. Otros tenías las alas desplegadas. Otros habían quedado bien patitiezos.
Mi mamá salía re linda en la foto de la libreta cívica, siempre la misma, no como yo que voy por el cuadriplicado con foto color post parto, cara agotada e hinchada. Seguro que a ella le hicieron la foto en un estudio como antes se estilaba. A mí me dijeron: mirá acá pim pum pam, ya está. Rock Horror Show.
Hoy, 28 de junio, de postre, fui a votar. Un solcito de invierno acariciaba las urnas, había cola pero no importaba, todo okey, todas sabíamos para que estábamos ahí.
Gracias a que la desgracia de la interrupción maldita pasó, entré una vez más al cuarto oscuro. Quién sabe dónde estarán los bichos embalsamados porque no los veo hace ya tiempo, ni siquiera la vitrina. Pero recorro la misma escalinata, el patio soleado, la amabilidad de la presidenta de mi mesa. Paso y saludo a mi amiga Roxana que cumple similiar función en otra y le doy algo rico y un abrazo. La gripe A me lo perdone.

Amontonaré adrenalina hasta que se comienzan a abrir las urnas. La merecida horizontalidad será mi aliada.

3 comentarios:

Evohé Mar dijo...

bonito y curioso relato...solo espero y deseo que gane aquel que sea mas justo para tu bonito pais . besos desde españa.

sintijeras dijo...

http://sintijeras.blogspot.com

Sara Ham dijo...

Hermoso tu relato, a mi me pasó algo que me emocionó, después que voté me di cuenta que en el año 83 entré a votar con mi hijo Juan al cuarto oscuro, el tenía pocos meses y quise que me acompañe dentro como un símbolo frente al fin de la dictadura. Hoy nuevamente mas de 25 años después fuimos juntos a votar, me llena de alegría que en todos estos años no paramos nunca de votar. Con buenos o malos gobiernos, pero no dejamos de votar