26.9.09

¿SABÉS?



  • Las palomitas de la virgen, esas que ves ahí, siempre van en yunta (sí, de a dos, la parejita)li>

  • En el balcón de mi amiga Andrea han vuelto a anidar y ella riega de lejos y les hace silencio para que empollen en paz.

  • Hay animales fieles, sí. Que mantienen su par hasta el fin de los días como los pingüinos o los gansos. El macho, por ejemplo, hasta cuida el nido que son unos pozos que hacen para poner los huevos hasta que nazcan los pichones.

  • También es interesante mandar mensajes, pero no mails. Cuando remontamos un barrilete, le mandas un papelito por el hilo que sube hasta bien arriba. Lo que le escribas es secreto.

  • Si te entra algo en el ojo, lo refregás suavecito y le pedís a Santa Lucía que lo tire lejos al río y listo.

  • Si se te sale una pestaña la pegás al pulgar y unís el tuyo con el del amigo/a que tengas más cerca, piden tres deseos, separan los dedos, el que se queda con la pestaña será a quién se le cumplan sus pedidos, pero debe guardar el pelito en el pecho.

  • El hueso de la pechuga de pollo se tira entre dos desde el extremo inferior, el que se queda con la parte más grande, es el más querido porque el otro le dio el corazón.

  • Poncio Pilato la cola te ato si me hacen pasar al frente no te desato. Y lo tenía a Poncio después de castigo... en el congelador!

  • Si te ponés bizco podés quedar así si te da el aire.

  • Para el hipo nada mejor que tres grandes tragos de agua sin respirar (mi hijo dice que mejor coca)

  • ¿Qué dedo te pinchaste? Depende: gusto, disgusto, amor (quién me ayuda a completar?)

  • Nada más romántico como deshojar una margarita: me quiere mucho, poquito o nada. O soplar un panadero.

  • Llueve con sol. Para que paguen los tramposos.

  • Te tocó una hoja de laurel en el plato, no te vas a casar nunca. Tampoco tengas hortensias en el jardín. Ya sé que te gustan, pero... soltería segura...

  • Si no hay novio, a castigar a San Antonio (en el rincón más oscuro el santo cabeza abajo)

¿Cuántas cosas nos han dicho y cuántas seguimos diciendo? ¿De cuáles nos acordamos? ¿Con cuáles hicimos la prueba? Él, por ejemplo, se hartó de tirar gatos al aire para ver si caían parados mientras tanto... yo deshojaba margaritas...

22.9.09

TIPO NA´, VISTE?


La lentitud es mi dogma pero la parálisis, no. Mas cuando tengo mucho por delante, ponele, findes ocupados de antemano, pasar a retirar cosas, llevar, traer, aprender, etc... me paralizo. Me levanto como resorte para poner en marcha el motor y no sé que tengo que hacer. Es temprano, digo, me vuelvo a la cama y palmo hasta las 9.

La paralización incluye romper una azucarera, anteponer el cero al marcar el teléfono de casa, decir sí sí sí a una cita y no fijarme que estoy super harto ocupada ese momento, esa hora, ese día. Colgarme con una canción, pelear por nada y amigarme al instante, y tener ganas de leer a full pero prenderme de la tele mal. Después, andá a cantarle a Gardel. O mejor escuchá el último disco de la Fabi que está re re bueno. O cantá en tu casa con el mic y los chicos. Pero aún no plantés ni transplantés nada. El cielo se puso peor que yo. Loquito. Cielito, vas a ver que se te va a pasar.

20.9.09

AL QUE LE TOCA, LE TOCA


Comentamos de la primavera y los días previos de festejo. Ella dice que, a pesar de la prueba (fue a libro abierto, una papa) jugaron a la carrera de embolsados, a postas y cosas así y que perdió en todo. Digna o indigna, hija de esta madre, inútil para toda competencia. Él, sin embargo, cae con un cd que le regalaron en el jardín con las canciones que canta tooooodos los días y dice que fueron sala por sala donde hacían actividades. Entonces, contamos nosotros. Yo les cuento que jugábamos una carrera con un huevo duro en una cuchara y que, obvio, yo hacía rodar el huevo antes de pasar la línea de largada.
Abre sus ojos y me dice: ¿ahora? ¿con los compañeros de La Voz del Interior? Y no pude más que imaginarme en una ráfaga, en la playa de estacionamiento, a mis compañeros de trabajo haciendo estos juegos de kermés y dejando por un rato de lado la blackberry, los celulares, el twitter y las agencias de noticias. Al gran pic nic argentino, ¡salud!. Y salud también a la ingenuidad de sus cinco dulces años que caben en un copo de algodón de azúcar y conoce los golpes por los que se ha dado en la tabla descolorida de skateboard que le regaló su amigo.

17.9.09

SEMANITA...

Papi no está... o sea no está el gato y los ratones somos cualquiera. Los ratones somos yo, tú, él y ellos (los perros). Tú, la niña. Él, el niño. Y justo hubo paro docente, se resfriaron, llueve. Etcétera. Mientras yo laburaba, se las arreglaba la abuela más señora. Comían "rico" (no salchichas, no hamburguesas, ni esas cosas, má) Aún así, a cada rato, ¿cuándo vuelve papá? Lo extraño, lo quiero.
Mamá sale tarde dil laboro. Llega y lo único que quiere es estirar las patas (sacarse antes las botas), calentar la comida, charlar y ver tele. ¿Podemos ver tele con vos? Pero yo elijo, sentencio.

Ella cae con su extra large de Mafalda (que lo terminó ahora) y él ve dibujitos en su cuarto. Yo me engancho con Dr. House en dvd hasta que la muy pícara dice: a mí también me gusta, es copado (¿?) y se instala. A la otra noche, aparece el pequeño: ¿qué miran? Dr. House, hijo. Ah! me encanta! Trae su oso y se acuesta en el medio. Duermo en medio de suspiros, risas (se ríen dormidos, sí) patadas, cabezazos y abrazos.

Comen comida de abuela, les hago una torta de chocolate, les compro caras sucias (tortitas negras) y bailamos con los perros que circulan libremente en esta especie de lazarsfeld que hoy se acaba. Despelote instaurado y ganado a base del cansancio y del reconocimiento de que la otra mitad colabora como mitad. Y hemos extrañado como marranos. Hay un capítulo de los Simpsons en que Marge se va unos días a un spa y a Homero se le pierde la chiquita (inventa excusas como: era muy pequeña y no nos habíamos acostumbrado...), comen basura, desordenan todo y cuando la mamma llega todos la abrazan y lloran. A pesar de la libertad, a pesar del recreo. Tal cual.

No veo las horas de llegar a casa y sacarme estas malditas botas, decía Javier Calamaro en Los Guarros. Eso. Malditas botas. Casa. Home. ¿Dr. House es Dr. Casa? pregunta ella. Quiero Doctor Hogar. Baby, come back.

10.9.09

CONTRARIEDADES COTIDIANAS 14


Me tienen total y absolutamente harta
  • Maradona y la selección
  • La Giménez y Montaner
  • Pensar que los maestros tienen derecho de protesta, pero que hay unos hijísimos de puta que no se merecen ni un saludo ni le hacen honor a Sarmiento que por lo que estuve leyendo fue otro
  • Las tetas, los culos, las caras sexies que me parecen de boludas/os
  • Que no llueva y la vieja esté en la cueva igual
  • Maradona y la selección
  • El fútbol en general
  • Los que basan su discurso solamente en la inseguridad
  • Que haya vuelto la perrera a nuestra ciudad
  • Montaner y Susana... en Córdoba!!!!
  • Que los libros cuesten caros y los cds también
  • Ser quejosa así, tomá
  • ja ja ja. Por suerte, hay diversiones más baratas y accesibles que el fútbol, montaner, susana, caras aparentemente sexies y etcétera. La creatividad al palo. Vamos...

2.9.09

PAQUETE

Mis abuelos paternos vivían en Alta Córdoba, en una casa grande que iba de calle a fondo. Bueno, la casa supongo que era chorizo y en el fondo había algo cultivado, un horno de barro, gallinero y árboles. Luego, eso se dividió en la cantidad de hermanos (siete) y construyeron allí sus casas y quedó un pasillo ancho. Mi mamá vendió su parte y picó champión. Pero, obviamente, íbamos con frecuencia a visitar los tíos, más aún la tía Elbita, que era el punto de reunión: almuerzos, meriendas, tejidos, devanar lana (embole mal) y siestas eternas.
Un tío que vivía casi al fondo, tenía un perro muy malo que se llamaba Paquete. Si estaba afuera el Paquete todo el mundo estaba adentro. Pero más al fondo aún había unos árboles para trepar y jugar a la nave espacial. Nos encantaba subir con mi prima Patri, mejor dicho, ella trepaba como un gato luego de que a mí me hiciera pié con las manos entrelazadas, me empujara del culo y yo me llenara de rasguños con la corteza gruesa de nuestra Endeavor.
Un día, íbamos muy felices al árbol del fondo, portando la guitarra criolla, mi prima cantaba deliciosamente La Avenida de Los Tilos de Luciana y algunos temas de Pastoral. Y no nos dimos cuenta de que el infeliz del Paquete estaba suelto. Ella puso a salvo su guitarra y su humanidad sobre una tapia en un santiamén. Yo puse el grito en el cielo y el cuadrúpedo sus dientes en mi muñeca izquierda. Hincó pero la piel curtida por los soles siesteros no derramó una gota de sangre. Dolió y mucho y salieron tíos vecinos y el animal pasó pal fondo de su patio de un escobazo. Era petiso, peludo y tricolor. No era como el Pipo, el perro de mi prima, que era buenazo y tenía el maxilar inferior que pedía a gritos una ortodoncia. Seguro que si hablaba te escupía toda.
Terminamos en el árbol cantando nuestras canciones, por supuesto. Mi cara ardía surcada por las lágrimas sobre el rostro empolvado de tierra y al que luego del baño mi mamá le pasaría Nivea al igual que a las rodillas (para que cuando seas grande las tengas lisitas...)