19.6.11

LAST DAYS

De mi querido Ya pasará... Como todo, pasó. Luego pienso que seguirá on line con permiso para entrar, no sé. Listo. Fue una de mis épocas de escriba más productivas y lo quiero tanto que no lo puedo ver decaer.
Besos a los que me siguieron, comentaron, alentaron, a los que les parecieron boludeces o nimiedades.
Fue sincero, directo y amoroso. Mi creación literaria on line.

18.6.11

METERSE PARA ADENTRO

Oh, si si si, ella es muy para adentro, casi no sabés que le pasa o si le pasa algo. Es que en general no soy muy para adentro. Pero ahora sí. Se me da la gana. No quiero ser para afuera ni llamar a nadie ni chatear. Quiero leer, pensar, tejer, hacer cosas y planificar.
Necesito salir, ante todo, de un estrés que me sumió en este letargo. Quiero mi estrés, mirá como lo beso chuik chuik, estrés sos mi aliado. 
Quiero que se me ordene la casa y la cabeza y que respeten mis tiempos. Que no toquen el timbre a la siesta, que dejen las mochilas listas por las noches y que cuando salgan del cole me reciban con una sonrisa.
Necesito no ir a yoga si no quiero o dejar un poco el esfuerzo fìsico de la natación por un rato y no pensar en el costo - beneficio del asunto. Dejar de comer lo que hay que comer y tomarme un copita de licor de huevo a la noche, sola, en la oscuridad, mientras veo la peli más alternativa que se me cruce.
Eso. Estoy bien ordenando las estanterías adentro. Cuando hablo, sugiero, los pongo en su lugar y si hay mucho desastre, cierro las puertas y no miro. Me doy vuelta los ojos y me miro yo ante todo. 
El estrés o como le llames me mandó acá ahora. Cada cuál tiene su derecho.

1.6.11

CORAZONES, SOLES Y FLORES

Hoy fui a leer un cuento al grado de mi hijo. Me recibió un puñado de 24 chiquitos con la seño Selva. Nos sentamos en el piso, ¿dónde, sino? la alfombra era un tapizado de trapos de piso cosidos y decorados por ellos mismos. 
Mi niño quería estar a mi lado, la maestra hizo un par de acomodamientos pertinentes para que los codazos (inevitables) no estorbaran. 
Ellos estaban sorprendidos, emocionados, exultantes. Yo, muy feliz. 
La elección del cuento apuntaba a uno clásico porque corresponde a un programa de cuenta-cuentos y es así cómo se comienza. 
Se trataba de un zapatero que era pobre pero laburaba feliz y campante. El tipo cantaba como loco pero, al lado, vivía un millonario al que le estorbaba la felicidad del zapatero, entonces le regaló un cofre de monedas de oro para que el otro se calle la boca. Conclusión, el pobre se volvió un infeliz que no cantaba, no charlaba, no-nada, todo por cuidar el dinero. Agreta mal. Cuando se da cuenta de esto, devuelve la mosca y conclusión: más vale pobre y feliz que rico y desdichado.
Luego del cuento y mostrar los dibujitos, comentamos las cosas que podemos hacer sin tener dinero y que nos hacen felices: todos sacaron postales familiares en que el papá hacía de caballo de todos los hermanitos, la mamá tomaba mate en la plaza mientras ellos jugaban o salían a andar en bici.
Mi hijo dijo que los sábados y domingos el abuelo nos visita y se queda a comer, que decimos adivinanzas y nos reímos mucho en la mesa. Y es cierto, el abuelo no le atina a ninguna y hay que explicárselas y eso le causa risa hasta a él mismo.
Me quedé dos horas. Les saqué fotos, los observé, los atendí. Vi como las manitos trataban de darle forma a lo que habían oído, como mezclaban las minúsculas y las mayúsculas y también las preguntas que me hacían (edad, nombre completo, trabajo, etc). El corazón se me iba inflando.
Llegó el momento de partir, me dedicaron aplausos, besos y todo eso que me iba acelerando el pulso.
A las dos horas volví a buscar a los chicos y Enzo salió con un sobre lleno de cartitas. Apenas lo abrí supe que ese no era el lugar de leerlas. 
Llegué a casa, almorzamos, comentamos el día.
Me fui a mi cuarto y abrí el sobre y me di cuenta que me estaba convirtiendo en Pedro, el millonario del cuento, pero fundido con el zapatero. Era rica en cariño, en alabanzas y elogios pero no tenía monedas de oro.
Uno de los momentos para atesorar en la cajita de nácar. Quién pudiera transmitir así, la simpleza, el amor, la entrega a cambio de culo al piso, abrir un libro, un relato y conversar sobre sus benditas vidas.

27.5.11

PENA EN MI CORAZÓN

Desde hace años que rondaba un perro por la cuadra. Lindo, de esos negros y marrones, mezcla de antiguas corrientes migratorias y de carácter muy serio, che. Aquellos que no se involucrabaN con nadie.
Tenía, eso sí, un rabo raro: torcido en la raíz y bajaba grueso, casi no lo movía. Un vecino lo alimentaba y hacía vacunar, dormía donde caía la noche y, generalmente, sobre un colchoncito de hojas. 
Floppy, nuestra perra comunitaria, a veces se quedaba en la esquina con él. Yo venía tarde de trabajar y los veía y contaba en casa que los había visto tomando una birrita antes de dormir.
Claro que ella luego entraba a nuestro garage. Él no se dejó agarrar nunca. Hace poco enfermó, el vecino, como pudo, lo llevó al veterinario, estaba inflamado... medicación e internación. 
Cuando volvió, sin estar bien, seguía con los remedios que sólo los tomaba cuando se los daban los niños, a los único que aceptó. Él, aunque era de pocas pulgas, se dejaba medicar por los niños.
Ayer lo vi triste y le avisé a Damiana, otra mujer de gran corazón que vive enfrente. Estaba en mi jardín del costado de casa.
Hoy los chicos lo descubrieron muerto, ahí nomás, en el ladito sobre el pasto crecido. 
Qué pena me da, qué tristeza me da la soledad de quién sea.
Mirá, yo no creo en nada. Soy una tarada descreída que pretende llegar al fondo de las cuestiones y le da vuelta a la cosa espiritual como a quién le sirven una comida de la que desconfía.
Pero cuando pasan estas cosas, quiero que alguien venga y me diga: mirá, nena, se fue al cielo.
Ahí no va a estar más solo ni sentirá dolor. El cola torcida solamente se llevó un colchoncito de hojas doradas de otoño y el alboroto de los niños jugando en la calle. Lo último divertido que hizo fue tomarse esas birritas en la esquina con una rubia que se llama Floppy que, de tan sociable, hace ladrar hasta a las piedras.
No sufre más y ahora sí mueve el rabo.
Dejame creer eso, por favor.

13.5.11

YO TENÍA UN DISCO AMARILLO

Yo tuve un vinilo amarillo, era de Pipo Pescador. Unos hits que sonaban en el Ranser al taco. En el mismo Ranser donde buscaba radios onda corta por las noches y ya un poco más grande. 
El LP era amarillo y tenía un tema que me encantaba: La marcha de los antisopas. La preferida de Mafalda también, supongo. "Las mil vitaminas que están en su interior, se fueron volando con el primer hervor", decía.
Pero la canción que más me gustaba era la del profesor de vuelo, un lento, digamos, la letra me fascinaba porque era un profesor que enseñaba a volar en tres lecciones. A llegar al cielo. Y yo me comía el verso. ¿Se imaginan? No era mucho de María Elena Walsh, entonces. 
Pipo Pescador era maestro, usaba tiradores y tocaba un acordeón y había sido compañero de mi tía en Gualeguaychú.
Muchas veces me sorprendo cantando las canciones, tengo una memoria para lo inútil que supera cualquier límite. Pero cuando voy a buscar los chicos al cole, me esfuerzo en recordar si dejé la cocina prendida o apagada. 
Algún día doy vuelta a la esquina y veo el humo negro. Pero ojalá se salve el long play amarillo.

2.5.11

HACE FRÍO YA

Esta mañana me levanto como un resorte y, luego del T4, lavarme la cara, sacar los perros y abrigarme, paso a despertar a los niños. Escarbo entre la ropa sobreviviente del invierno pasado y le doy el buzo escolar al sieteañero. Buzo que se mantuvo al margen por un buen tiempo. Caliento la leche, hago las tostadas, la niña antes que nada se peina y llega a los bostezos.
Nos sentamos a desayunar pero él no viene. Lo busco y me dice, atrapado en una especie de chaleco de fuerza: creo que me queda grande (por ahí confunde el lenguaje de las proporciones: creo que me queda chico o debería ser más grande, quiso decir). De paso, me acuerdo del cuento No se culpe a nadie de Cortázar y pienso en comentarlo, pero es tarde y hace frío ya
Mis hijos son como los de cualquier vecino, de una semana a otra los pantalones les quedan a lo Michael Jackson, los zapatitos les aprietan y no hay modo que los abrigos crezcan con ellos. 
Los dejo en el cole y parto presurosa a cubrir la falencia invernal, mientras tanto pienso en el verso de que si tomabas sopa crecías un poco más. ¿El locro caserito de ayer no habrá duplicado el mito? De igual modo, valió la pena.

25.4.11

EL CIRCO MARINO

Volvemos cansadísimos de un espléndido día de sierras, asado, amigos y arroyito y .... ¡hay tarea! El niño (segundo grado, turno mañana) ni abrió el cuaderno y al fondo de la mochila tiene una fotocopia con instrucciones. Una de ellas dice: dictar tres oraciones para que escriban en letra de imprenta minúscula.
Ahí vamos. Miro un libro para sacar ideas y las oraciones empiezan a salir:
El pez payaso- digo. Esperá (me dice)
Dale: el pez payaso vive...
Él adivina: - En un circo!
No, digo. Seguí: - El pez payaso vive...
(no se da por vencido) - En un circo marino - completa.
¿Por qué no? El pez payaso vive en un circo marino y, algunos, entre corales. Punto y aparte.

16.4.11

CONTRARIEDADES COTIDIANAS 23: LIBRO DE QUEJAS

Cuando vas a un negocio a comprarte algo o para hacer un trámite ¿me entendés?

  • Ayer en una zapatería de Córdoba, me quedé con la duda ¿es autoservice? ¿Porqué la empleada no me ofreció otras opciones y se quedó sentada ahí? Me compro casi siempre ahí. No vuelvo más.
  • En el vacunatorio. Hice cola hace años con bebés en coche, en brazos y llorando. ¿Porqué cada vez había más gente delante nuestro? No es una caja de super, es un hospital, todos estamos para lo mismo y no había niños enfermos.
  • La pileta es muy linda pero a los andariveles les falta esas mostacillas gigantes que llevan ensartados... Entonces hay mucho oleaje. ¿Sería mucho trabajo completarlos? Hasta puedo ayudar a enhebrar ...
  • Los que ejercen oficios o profesiones independientes ¿porqué no respetan horarios, formas y promesas? Acá  incluyo albañiles, ceramistas, artesanos, técnicos en computación, pintores, bueno, ya sabés. ¿Independiente es informal?
  • Si trabajás en una librería ¿por qué no tenés la menor idea de cómo se escribe Saramago, Exupery o Forn? O de última, ¿por qué no tienen búsqueda por aproximación?
  • Una para el cartero: o me mandás las cuentas por debajo de la puerta o las quemás en la esquina pero no quiero más que me abran los sobres para ver mis exiguos movimientos bancarios. El jardín no es un buen lugar para dejar las cartas de no amor.

7.4.11

LITTLE BLUE

Crece y crece. De repente se pone ojotas con tacos y se pinta las uñas y al rato se enreda con el hermano mal, como niña que es. No encuentra lo que tiene adelante, no lo ve. Escucha música que yo ni idea y le parecen viejos todos mis favoritos. Vemos algunas pelis juntas, vamos a nadar también y es una sirena, bella para mí. 
Proyecta: que el viaje de los 15 (tiene 11), que los ahorros para la netbook, que cuando empiece el secundario (el año que viene).
Me dice: no me querés, ni un beso me has dado y cuando la beso de pronto, me aparta.
Tiene un gusto refinado, estético, para las fotos y las combinaciones de texturas y colores. Va a teatro y vuelve feliz, hasta ahora.
Asume responsabilidades en la escuela pero en la casa ni. Es impecable con su pelo y el cuerpo y muy desordenada con el cuarto. 
Jura y rejura y al minuto se olvidó los argumentos. 
Me dice má, es que no te explico porque no lo vas a entender (¿?)
Es linda, huele bonito y la piel es dorada eternamente. Se le nota cuando ha llorado aunque hayan pasado horas.
Me desafía, me observa, me critica. Le digo poné la mesa y pone 4 vasos. Todos desiguales. 
Está adolesciendo paulatinamente. La que me espera. La que le espera.

31.3.11

DEL AÑO DEL BOTÓN BUMBULA

Hoy escuché en Tarde Negra que a Vernaci la gastaban por decir "regio" como una expresión antigua. Tengo una amiga que dice "que patatín, que patatán" y otra que sale conque sale con un "tarambana". Mi suegro dice: championes, chivatear y pituca.
Yo tampoco estoy a salvo: por ahí digo "despiole" o "cachivache".
¿Se te salta alguna y pensás oops, qué estoy diciendo?

30.3.11

¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO?

Para muestra, tres botones, en las noticias de ahora (en el portal de lavoz.com.ar que involucran a menores) y eso que no tenemos publicados en este momento otros casos tan comunes.
Que triste, desolador y generador de impotencia.

28.3.11

HOY SOY HOUSE


Esto es, más o menos así... En el transcurso escribí un libro imaginario porque casi no encontré la notebook.
Ahora, a vivir! Entre bultos y algún que otro escombro pero todo ok, bien?

26.3.11

COMO UN TROFEO

No me digas que el lavarropas automático no es uno de los mayores inventos del siglo que pasó, igual que el teléfono celular o la internet. Después de la rueda,vienen esos que te mencioné porque hacen la vida más fácil, llevadera y laburan por nosotros en algunos casos. 
Es decir, todo bien, loco, para el que inventó la rueda, la pólvora y el automóvil o los aviones. Pero meter una pilcha inmunda, poner un jaboncito que huela rico y a precio mediano y sacar la prenda en condiciones, es casi orgásmico. 
Después te podría sugerir otros logros en pos de una vida más liviana como el nebulizador casero, la depiladora, el microondas y el secarropas, pero en casa también tiene un podio la tostadora eléctrica. No podemos vivir sin ella. Han pasado los modelos más variados: desde una Atma a la que se le abrían las puertitas y había que custodiar porque no se apagaba automáticamente hasta el día de hoy cuando tenemos dos: una para pan con trigo y otra para pan sin tacc (para celíacos). Excelente. El otro día le obligué a mi suegro que se compre una porque me contó que se hacía las tostadas en la plancha bifera ¿¿¿para qué??? Después me llama y me pregunta como puede guardar las 18 tostadas que se hizo de un tirón por las dudas no tenga tiempo de hacerlas a la ahora del desayuno...
Sigamos con el podio, ahora va un artefacto que, te diría, se ha ganado una medalla de bronce. De las buenas. Es la miniaspiradora Phillips. ¿Para qué? Aspira como el oso hormiguero de la Pantera Rosa, no hay que enchufarla porque se carga como un telefonito, el filtro es lavable, ocupa poco lugar y listo, está en la repisa y ya casi ni uso palita de basura porque la loca se snifa todo: rinconcitos, libros percudidos, telarañas añejas, rincones del sillón y circulitos de papel que se escaparon de la perforadora.
Eso sí, a los adminículos hiper desmontables como multiprocesadoras o super licuadoras, les huyo: odio lavarlos por separado y más secarlos y guardarlos.
¿Y por casa, como andamos?

25.3.11

POR 4 DÍAS LOCOS

A mí me encantan los feriados. Si bien, la mayoría de los días los laburo, esta vez no me tocó. Entonces vamos al cine, compramos pochoclo (por separado, los niños una peli y nosotros otra) nos reunimos en el hall, hacemos compras en el super y cenamos picada en casa.Charlamos de temas varios: relaciones de compañeros, disputas fraternales y planeamos algo más para el otro día porque queda uno más, por suerte. Yo prefiero dejar el día librado al destino. Que me sorprendan y me sorprende Azul que, a las 4 de la mañana, se le mete la perra por la ventana y se le instala en la cama. Me sorprende el insomnio feliz con un café descafeinado, una galleta casera y un libro que me tiene atrapada, total mañana no sonarán Los Pericos en la alarma.  Y me mezclo en charlas interminables con él a toda hora del día.
La casa se ha transformado y aunque faltan muchos detalles la amplitud se siente super bien. Hoy jugamos a los videos: cada uno elige alguno para ver - escuchar y se da una competencia en la que caben rock - pop- hip hop con coreografías y agradecimientos explícitos a San Youtube. Mientras, la comida al horno se hace sola para servirla exquisita, el día se sucede en pijamas, lloviznas intermitentes, peleas ídem y perros con patas embarradas. 
Sigo con mi libro y planeo mentalmente que ha llegado el momento desde que comenzó el año de darme más pelota. Así de simple. Deja que entre, que entre el sol. Feliz año nuevo, come on baby.

EL GALÁN

Empieza las clases con el pelito semi largo. Quiere ser skater, sabemos, y el pelilargo, garpa. Pero viene con una nota del cole de alguien que o bien arrastra boludeces del pasado o bien cree que pelocortoessinónimodeprolijidad. Se lo recortamos y parte para ser educado.
A los días notamos que su flequillo se ha encogido aún más... Anoche confiesa: me corté un mechón y se lo di a la Coty (su admiradora number one de segundo grado)
Es que... tengo un Justin Bieber en casa y nosotros sin darnos cuenta? (ver: Justin obsequia mechón...)

7.2.11

¿CÓMO CONVIVEN UNA OJOTA Y UN LIBRO?

Por lo general uso bolsos gigantes, enormes. Me gustan los livianos, tipo bolsas: de jean o tela y diseño variado. Ahí llevo pastillero, monederos varios, cremas de mano, tarjetas y etcéteras. Agenda, libretitas, lapiceras, llaves, credenciales. Todo suelto y despelotado. Papelitos, muchos papelitos y algún libro. A veces ordeno la cartera y me propongo achicar el tamaño pero enseguida fracaso. Una vez me compré una que tenía muchos compartimientos y me perdía como en un laberinto de espejos. 
Revuelvo a ciegas para buscar las llaves, el broche del pelo o monedas sueltas. He llevado globos que nos han salvado en salas de espera o cuadernos para jugar al ahorcado.
Pero hoy habita mi bolsón una ojota recontra gastada. Ayer mi hijo rompió la otra y partí con su par en la bolsa para comprarle unas nuevas del mismo tamaño ahorrando el trámite de llevarlo para que se las pruebe.
En la película Un día inolvidable (trailer abajo), la Pfeiffer y Clooney corren solos por la vida con sus hijitos incorporados. Ella lleva siempre un bolso gigante que los salva de tormentas porque pela al toque un paraguas o comida y hasta juguetes. Cuando presenta una maqueta en un nuevo empleo, necesita demostrar el funcionamiento de una playa de estacionamiento: saca de la cartera/galera los autitos de su hijo y le aprueban el plano.
Yo digo ¿de qué me podría salvar esa ojota gastada y descolorida? No sé, pero hoy la he sacado varias veces para mirarla. Soy fetichista de los objetos cotidianos de mis hijos.

ME TOMO 5 MINUTOS, ME VOY A LAS SIERRAS

Sí, fijate que aunque no hayas tomado la decisión de vivir en las afueras de las ciudad, un buen día, agarrás el auto, el canastito onda Oso Yogi, los niños, el perro, el marido, un bolso y te vas para el norte, sur, este u oeste y algún arroyo vas a encontrar sin viajar demasiado.
Hoy, la madama estaba encaprichada con ir a las 3 cascadas, la locación del famoso shock! de la Giménez. Digamos que no es como un mojón, como las manos marcadas ni hay un monolito. Será porque el agua fluye y la rubia ni pisó el lugar otra vez. Tampoco usa Cadum y es lo que menos me importa.
Lo cierto es que Ascochinga, como podria decirte Cabalango, Villa Animí o Molinari, sin ser famosos son sitios llenos de oxígeno, sin parlantes estridentes, con niños que juegan en la arena, otros que se bañan en ollas de agua cristalina y cascaditas para que caigan estrepitosamente por tu espalda. 
Má, ¿trajiste picadillo? La má, llevó salado, dulce, fresco, caliente y se sentó a tomar mates con su pequeña Blackie que por primera vez nadó un río. Luego de salpicar y trepar como cabras,  la má con ayuda del pá, los dejó sequitos con ropa olor a rico para comprar más allá salame de la colonia y queso y cenar bajo el cielo. El único trámite fue llegar dormidos y enredados en la parte de atrás del auto y entre sueños comentar: que buena idea ¿cuándo vamos de nuevo? EN CUANTO PODAMOS.
Update: la imagen final del video de la publicidad es tal cual de la que tomamos arriba...

4.2.11

EL CLUB, LAS VACACIONES Y EL CULO SUCIO

Cuando yo era chica, no fueron épocas de grandes vacaciones para mì. Más bien se reducían a ir al club a la tarde (recuerdo levantarme y pararme en la esquina para hacer el cálculo meteorológico para que no se me arruine la pile) donde jugábamos a la "madre": uno se tiraba así y todos nos tirábamos igual, luego venía el sánguche y la coca y eso daba paso a las cartas: el desconfío, el culo sucio y el chancho.
De fondo sonaba un dj (el Tata) que entonces era el propalador (midió que antiguo todo eso) y ponía El extraño de pelo largo, Funkytown y los Bee Gees. Usábamos el pelo con permanente y flequillo, pantalones Little Stone y bolsos marineros. 
El color de la piel superaba el negro caribe, el sapolán ferrini tenía un olor a coco repugnante y si no te tostabas bien te ponías un gel de coty en las gambas que manchaba hasta el tapizado del auto. En la carra tierra hindú y para delinearnos Kohl. Así de estupendas salíamos del club, caminábamos 8 cuadras y hacíamos puerta en alguna casa. Inventábamos romances, algún top ten de galanes y muchas ilusiones. 
Marzo era lo úncio que rompía el hechizo. De vuelta al cole aún la marca de la bikini seguía incrustada en ese cuerpo adolescente candente que, al año siguiente, regresaría con otras formas y modas.

30.1.11

DEvÓRAME OTRA VEZ

Voraz. Insaciable.
Cuando tempranamente chateábamos con el mirc, con una amiga nos poníamos Débora Dora. Y dele que te dele conociendo desconocidos que nunca llegaro a la categoría de ilustres.
Así, tengo dos días sin laburar (L y M) y me quiero devorar un par de libros, nadar, tengo que lavar ropa (buscar donde lavarla, primero y secarla) y ordenar el desorden infinito de una casa en transición.
Ah, claro, tengo una familia que también devoro de a poquito, mientras me cuentan sus cosas, veo series de tv por internet o compartimos cositas como hoy: un helado a la salida del trabajo.
Lo quiero de menta granizada, que pique en el paladar. También quiero dejar de toser el polvillo ambiental y que no llegue marzo. Malditos hiper mercados, que han puesto a relucir los útiles escolares antes de fines de enero.

12.1.11

CONTRARIEDADES COTIDIANAS 22: OTRO LADRILLO EN LA PARED

Andamos más punks que nunca, "para construir necesito destruir", dijo el Sex Pistol Johnny Rotten. Y cuanta razón tenía... Lo que en otro momento fuera un cuartito del fondo fue a parar a un par de contenedores. El resultado está a la vista y el futuro también será posteado. De ese sector, además de escombros, fueron a dar a distintos sitios cosas como monedas viejas que nunca coleccionaré, triciclos que quedaron chicos, pinturas que se endurecieron, secarropas que nunca fue refaccionado y casi-juguetes (barbies decapitadas, peluches descuajeringados, autitos en llantas y ladrillos de plásticos inservibles para construir algo de verdad).
La familia itinerante visita la casa y huye. Huyo, vale aclarar, y mientras tanto:
  • Rezo para que no llueva tanto como para que me arrastre la arena hasta el Río Suquía.
  • Controlo planos que no entiendo.
  • Me encapricho en conservar una puerta antigua que no sabemos donde colocar.
  • Me lamento por las plantas y las tortugas que están a la buena de quién sabe cuál ser sobrenatural.
  • Diseño una cucha de luxe para los perros mientras nos reímos con los niños: la de Fito tiene que tener los colores de la bandera jamaiquina, mientras que la de Blackie será rosa chicle.
  • Me distraigo en los colores, los muebles y los detalles y dejo para él lo groso: trato con arquitecto (amigo, fan del rock progresivo) y albañiles.
  • No veo las horas de volver a esa, nuestra casita. Esto es inminente sea como sea.
A la espera de novedades, los mantendré al tanto. 

10.1.11

A LA REINA BATATA, A LA NENA NO

Qué poder mágico tienen las canciones de mandar una melodía e inmediatamente tocar alguna célula que dispara un químico para que luego el cuerpo se estremezca. Ese es el poder de la evocación, de niños le diríamos magia.
La magia de una canción, de un versito, de un personaje o de un cuento: va directo a un hemisferio del cerebro y de allí, tuc, replica el tambor en el pecho, los ojos se llueven y las comisuras se estiran.
La Reina Batata descansa en mis oídos porque se ha dormido junto al cuerpo inquieto de mi pequeña que hoy no lo es tanto. Esta Reina que se revelaba a quedarse en el plato del cocinero hasta esconderse en un lugar sombrío tenía la cadencia que le ayudaba a conciliar el sueño, recostada indefensa, sobre mi pecho.
Ya fuera del hueco que la mantuvo flotando durante la gestación. En el mismo sitio, pero del otro lado y la misma voz canturreando a la hora de descansar. Ya no más “duérmete pedazo de mi corazón” ni tampoco que “la loba vendrá por aquí si esta niña linda no quiere dormir”.
María Elena Walsh me dio una letra armoniosa de un reino de verduras donde la protagonista se negaba a convertirse en sopa. ¿El destino de la batata? Transformarse en la reina de la cocina con colita verde (le brotó) ¿El destino de mi niña? Crecer y seguir acunándose con la mágica melodía hasta la llegada de la época de los porqués y los cuestionamientos al pobre tubérculo y a los cocineros también. La parte que más le gustaba entonces era cuando la nena buscaba su yo- yó.
Le expliqué a qué se refería ese juego y a partir de ahí, La Reina Batata daba pie para un sinfín de deliberaciones de lo que cada uno hubiera hecho en lugar del chef, de la niña o de su alteza. Al fin, las canciones a la hora de ir a dormir se acabaron para dar paso al cuento y luego a las charlas.
Casi doce años más tarde, se conecta mi hija por el chat ya enterada de la noticia sobre María Elena. Entonces le pregunto: ¿Qué recordás de ella? A La Reina Batata, mami, me responde.
Eso es evocar o mejor dicho: eso es magia.
Publicado en La Voz 

1.1.11

PEGAR UNA ACOMODADA

Por dentro y por fuera, no?
Resulta que el 2011 me agarró más despelotada que nunca y, como siempre, en el último día del año a despedir acarreo las tristezas, las alegrías y los balances sin cerrar que siempre me dieron desparejos. Soy Perito Mercantil, al vicio nomás. 
Eso sí, este año que pasó me permití cosas que me reprimía antes y me hizo bien. Como llorar cuando quise llorar, buscar consuelo, abrazar, dar consuelo, proyectar cueste lo que cueste (hablamos material y todo lo demás también) y darle muchas vueltas a muchos asuntos y encontrar distintas soluciones a un solo problema o varios problemas sin solución aparente que vieron alguna luz al final del camino a lo Víctor Sueiro.
Mi año resumió en un 31 de diciembre lo acontecido en el resto. Despertarme con una certeza y cambiarla al minuto. La idea era ir a la casa a ordenar para agilizar ciertos trámites habitacionales pero cuando el niño despertó uno de sus cachetes parecía robado a los de Quico. ¿Te duele acá? ¿Allá? Hacé así, bueno vamos al médico.
Cambio de planes, dos horas en una sala de espera para que supuestamente lo haya picado un bicho. Al primer antialérgico, la inflamación disminuyó. Las compras se harían en el super pero las hicimos en el barrio y al paso. Nos compramos muchos libros y algo de ropa en un Mall, en vez de ir al super. 
La reunión nocturna, en casa de amigos, sería muy íntima. Terminó siendo casi multitudinaria con más amigos, más adolescentes, niños y hasta perros. Obvio, banda de rock incluida de la cuál fui una lucida y orgullosa cantante (para mí) que maneja mal su voz y olvida las letras. Es más, en algunos momentos terminó siendo una sucesión de nanana, nanana, lararará, pero igual nos divertimos. Empalmamos We are the robots de Kraftwerk con Another brick on the Wall de Pink Floyd hasta que llegó Estación de Sui Generis y otras incoherencias que nos hacían felices mientras las burbujas pasaban de lado. 
Cerramos muy tarde a la madrugada con niños dormidos en el auto, zuecos trastocados en ojotas y el maquillaje muy corrido. 
Hoy no puedo ni hablar de la disfonía. 
Le tengo que pegar una acomodada a la casa, a la agenda, al depto prestado, al escritorio de la Notebook y de la PC del laburo y a mi vida. Me quedan 364 días para esto. ¿OK?