Andamos más punks que nunca, "para construir necesito destruir", dijo el Sex Pistol Johnny Rotten. Y cuanta razón tenía... Lo que en otro momento fuera un cuartito del fondo fue a parar a un par de contenedores. El resultado está a la vista y el futuro también será posteado. De ese sector, además de escombros, fueron a dar a distintos sitios cosas como monedas viejas que nunca coleccionaré, triciclos que quedaron chicos, pinturas que se endurecieron, secarropas que nunca fue refaccionado y casi-juguetes (barbies decapitadas, peluches descuajeringados, autitos en llantas y ladrillos de plásticos inservibles para construir algo de verdad).
La familia itinerante visita la casa y huye. Huyo, vale aclarar, y mientras tanto:
- Rezo para que no llueva tanto como para que me arrastre la arena hasta el Río Suquía.
- Controlo planos que no entiendo.
- Me encapricho en conservar una puerta antigua que no sabemos donde colocar.
- Me lamento por las plantas y las tortugas que están a la buena de quién sabe cuál ser sobrenatural.
- Diseño una cucha de luxe para los perros mientras nos reímos con los niños: la de Fito tiene que tener los colores de la bandera jamaiquina, mientras que la de Blackie será rosa chicle.
- Me distraigo en los colores, los muebles y los detalles y dejo para él lo groso: trato con arquitecto (amigo, fan del rock progresivo) y albañiles.
- No veo las horas de volver a esa, nuestra casita. Esto es inminente sea como sea.
1 comentario:
y como todo en la vida algo ya pasó, d a poco, pero por lo menos volvimos. besos.
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