
Contactos directos con proteccionistas también me dicen lo que sucede a menudo con los perros abandonados.
Pero...¿ Cómo habrá sido de bebé? me pregunta mi hija. Gloria es de papá porque nunca tuvo su propia mascota. Él le ha elegido el nombre, inclusive. Y se jacta de su cuerpo esbelto y estilizado, sus ojos delineados y su torpeza adolescente. Acusa alrededor de ocho meses. Apareció, justamente, el sábado de Gloria y la rescató Soledad, otra proteccionista que vive en frente. Enseguida vimos su foto en facebook en un grupo que se llama Patitas de Perro y la quisimos. Parece "ayudante de Santa", el perro de los Simpsons, nos reímos. "Es como un galguito", nos dijeron.
La buscamos y esperábamos ansiosos la reacción de mi Negra. Que reaccionó como dueña de casa, dueña de casa medio cascarrabias (es decir: mientras te portés bien, todo ok flaca) y Gloria los primeros días estaba como acobachada, intentando integrarse.
¿Quién la abandonó? se preguntan los chicos. Tiene las orejitas con el reverso rosado de cachorrona, es hambrienta, torpe y divertida. La hacemos bailar y le enseñamos a salir con collar, menesteres en los que Blackie es una experta y mientras se los colocamos la mira de reojo como calculando a cuál le queda más lindo.
Suponemos que nadie la ha castigado, que no sufrirá el abandono de andar por la calle y que será nuestra por muchos años junto a la astuta y temperamental Negrita. Deseamos que otros como ella corran suerte similar.
"Má, hoy en el cole, pensé todo el día en ella", me dicen cuando salen. "Yo pensé también en Blackie, pobrecita". Más vale ¿cómo no pensar si las perras los han estado esperando toda la mañana? El arribo a casa es una competencia por recibir y dar la primera caricia. Quién ha tenido un perro se habrá sentido campeón mundial con el trofeo en mano de regreso a su pueblo en similar situación