Y ahí partimos los tres de estreno y felices al espectáculo de patinaje sobre hielo para el que esta madre había conseguido las entradas VIP (¡ayyy como me cuesta desembolsar en algo que no me convence del todo!) Inauguramos así las vacaciones invierno, tan esperadas, tan deseadas y necesarias. La bella dijo: recién comienzan y ya estoy aburrida. A poner empeño para pasarla bien, entonces. ¿Falta mucho para llegar? No, ya estamos cerca. ¿Pero es a la noche? Si, claro. Llegamos por fin, estacionamos y comienza la gran Cruzada. Subir el puente escoltados por 100 vendedores que te persiguen y ofrecen espadas con luces, alas con lucecitas, antenitas brillantes, varitas mágicas de mentirita y el pasaporte para ser una princesa. Como mis niños son medio fóbicos a la persecución, no quisieron saber nada. O habrán adivinado-presentido que los verdaderos espejitos de colores estaban adentro. Y tuvieron razón, los puestitos de merchandising eran imanes irresistibles para estas almitas consumistas y viene la bruja más mala de la historia y les larga: si compramos ese Stitch no podemos comer nada de nada. Y la bruja es mala pero no tan mala, y abre la billetera y paga los Stitchs. El espectáculo creo que estuvo bastante bueno, pero mirar al pequeño fue un show para mí, sus comentarios, sus mímicas, su sorpesa y ella, tan discretamente crítica y descubridora, tan alerta. También tan hambrienta: cuando salgamos de acá mami, me como una vaca. ¿Y si nos comemos al Rey León? Ayyy ma, no. Tengo hambre y sed. Después también ganas de ir al baño, frío y cansancio. La vuelta, los proyectos para lo que sigue de este "descanso", los recuerdos recientes. Contarle al papá que esperaba a mamá con la recompensa: los libros de Adrián Paenza. El té de hierbas, la cama calentita. A brillar mi amor. Nos quedan dos semanas para recurrir a la magia de que el dinero alcance para los antojos, la paciencia no se agote y nos podamos divertir también.
10 comentarios:
Me hiciste acordar un paseo similar que hicimos en las vacaciones de invierno 2005, en el cual pasó más o menos todo lo que contaste, sumado a que llovía, era tarde, no había lugar en ningún estacionamiento y terminé chocando el 0 km que me habían entregado esa semana contra el barral de un garage que (por supuesto) no ví. Ahora, las vacaciones de invierno las pasamos en casa y salimos el resto de los días. ¡Felices vacaciones!
Jajajaja...
"disneynonais"!!! Me acuerdo que yo fui una vez sola con un cupon que habia salido en la revista Billiken (y ahi se me cayeron un par de sotas) para presenciar el espectaculo en el Luna Park.
Ahora, con dos niños no hay costo que aguante eh!!!
Bexos
Ad
Alicia, no es mala idea vacaciones en casa, claro. Pero tengo el sì muy fàcil!
Adri, Billiken? what is it? yo me compraba el Anteojito!
ché Rossana, vós que sabés todo, ¿ lo de Disney on Ice es por eso de que Walt Disney está congelado no ?¿ Porqué esta congelado no ? ¿ o no?
Vos decìs que estaba el mismísimo Walt bajo la pista de patinaje? Es probable, pero ponele la firma que hubiera sido otro el precio.
Nonai era la sentencia inapelable de papá o mamá ante cualquiera de mis arranques consumistas.
Ceci, el nonai mìo es tan flojo. Me gustan los juguetes buahhhhhhhh!!! Nos peleamos por el burro de Shrek!
'Cómo son largas las semanas' es una frase pensada para explicar Las Vacaciones de Invierno cuando hay pibes aburridos en casa y la oferta de espectáculos es cuando menos, muy cara.
Mi hijito es fanatico de Mickey pero como es chiquito todavia se lo puede convencer y se conformo con uno tamaño small. Son largas las vacaciones pero se pueden sobrellevar y de la mejor manera, tene paciencia, disfrutalas y siempre se pueden sacar conejos de la galera...
besos.
Ross, cuando me cuelgo y no visito este espacio, me pierdo de la impecable forma que tenés de contar "la vida". Me llenás de ternura, me recordás el sentido de la inocencia, mientras me hacés reir y disfruto la ironía. Gracias.
Publicar un comentario