La lentitud es mi dogma pero la parálisis, no. Mas cuando tengo mucho por delante, ponele, findes ocupados de antemano, pasar a retirar cosas, llevar, traer, aprender, etc... me paralizo. Me levanto como resorte para poner en marcha el motor y no sé que tengo que hacer. Es temprano, digo, me vuelvo a la cama y palmo hasta las 9.
La paralización incluye romper una azucarera, anteponer el cero al marcar el teléfono de casa, decir sí sí sí a una cita y no fijarme que estoy super harto ocupada ese momento, esa hora, ese día. Colgarme con una canción, pelear por nada y amigarme al instante, y tener ganas de leer a full pero prenderme de la tele mal. Después, andá a cantarle a Gardel. O mejor escuchá el último disco de la Fabi que está re re bueno. O cantá en tu casa con el mic y los chicos. Pero aún no plantés ni transplantés nada. El cielo se puso peor que yo. Loquito. Cielito, vas a ver que se te va a pasar.
2 comentarios:
No hay nada peor que tener muchas cosas para hacer. Para mi es muy difícil meter cada cosa en su cajoncito, ya de por si soy un disperso total. Y planificar... pufff.
Yo cuanto más cosas para hacer, más eléctrica estoy.
Si si Ross, todo tiene que ver con lo que hablamos ayer.
El orden, la limpieza y la locura!
Jaja.
Publicar un comentario