Los chicos crecen. Es tan trillada la frase que hasta Sandrini hizo una película con ese título. Pero cuando decís, este verano me las arreglo, bajás la bolsa con ropa del año anterior y los pantalones han quedado como para ir a pescar a La Cañada. Todas las remeras son puperas y los trajes de baño están cortas de tiro, dirían las modistas.
La historia es que partimos con plástico en mano a un lugar accesible pero permisible, mientras papá se arrodillaba ante un poster de Ozzy Osbourne a rogarle no se qué. Su lenguaje se parecía mucho al de Linda Blair en El Exorcista.
Con la niña combinamos colores, nos medimos, especulamos, trajimos. Hoy tienen que estar bonitos.
3 comentarios:
tá bueno que tenga su gusto. y que cuando algo le gusta, lo apasione.
yo debo ser hombre porque ODIO salir de compras ... y más odio medirme pilchas.
te deseo que estén todos elegantísimos para la ocasión. la pilcha es lo de menos. son las sonrisas y los abrazos, lo que importa.
que preciosorrr.
correccion "como envejecen los chicos" viste que una toma nocion del tiempo cuando ve los hijos de los amigos despues de mucho tiempo
Constanza, yo odio que no me quede como la publi.
Inés! si! y cuando tus hijos te usan tus ojotas!
Juano, la sunga es lo más y el niño no quiere usarlas. Me parece lo más cómodo para nadar. El tenìa una con un sapito, jajaja. Pero ahora dice que es de bebé.
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