EL LUISITO
Hay canciones que, a pesar de que no las hemos escrito, parecen hechas a medida. Pepe Lui de Divididos es un buen ejemplo. Pepe Lui es Luisito, un "prócer" cordobés, muy cordobés que supo de noches y charlas interminables sobre rock.
No sé si contar esto en pirámide trunca, invertida o normal, pero lo cierto es que él ya no nos pertenece pero ese es el final del relato.
El Luisito tuvo polio, o sea, imaginate, en una época en que se zafaba o no sus secuelas fueron para las piernas. Caminaba con dificultad pero se trasladaba en bicicleta perfectamente a recitales, casas de amigos, asados y a escuchar discos. Su mamá lo sobreprotegía sin vueltas, si calculan su edad ya que padeció polio podrán pensar que tendría un poco más que el rock nacional pero igual era un "pollerudo" que vivía a la sombra de una madre hospitalaria y que haría todo sacrificio posible para que él tuviera sus "melodías de Pescado"(Rabioso).
Discos de vinilo por doquier, revistas de rock "pero del rock nacional", hippie, pelilargo ( "resortes de un andar") y de zapatillas tenis. Casa de barrio de puertas abiertas, lo he visto, las puertas y las ventanas de par en par y con gente que salía y entraba a sus anchas.
Alguna vez trabajó, fue de esas personas que atienden las centrales de remises y mandan las direcciones a los choferes pero nuestro Pepe Lui tenía memoria sólo para las discografías y cruzaba los números y el curro le duró sólo un par de días.
La señora murió y todos pensaron en Luisito. Él sobrevivió y se puso una pizzería y allí no tenía que memorizar números o si enviaba una pizza a una dirección equivocada, el destinatario no lo mandaría a la mierda.
Ibamos a sus cumpleaños y nos sentábamos en el comedor alrededor de una mesa enorme. Lo invitábamos en las navidades y veíamos los fuegos artificiales desde el fresco del patio. Siempre proponía ¿cuándo nos vamos a juntar?
Hasta que un día nos llegó la noticia. La inseguridad, la desprotección y la violencia se colaron por su habitación. Alguien lo mató y obviamente él no pudo defenderse ni por un segundo, recordemos de su incapacidad para caminar sin muletas y la indefección ante semejante ataque.
Sus amigos lo despidieron y rememoraron sus andanzas en una noche tristísima. Vale decir que sigue instalado en las juntadas, en los vinilos, en las Pelo y en el Pepe Lui de Divididos.
5 comentarios:
Ayyyy Ross, que buena nota, que buena historia, hoy que estoy especialemnte sensible, no paro de llorar.
Sigue vivo en tu memoria, en la de los que lo conocieron y en la de muchos que no y que gracias a los que lo hicieron canción nos dejan un pedacito de él..
cada día escribis mejor, me hiciste llorar en serio, leyendo, escuchando, googleando para ver algo mas.
felicitaciones otra vez.
Gracias Vero! me estimulan mucho tus palabras!
bravooo!!!
Qué historia, qué ganas de haberlo conocido!! Tiene razón Vero, gardelianamente hablando, un beso Ross!
que buena prosa señora, sigo amándola y admirándola. besos.
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